Después de que fui agredida sexualmente por el hombre cuyo alcoholismo me llevó a Al‑Anon, hablé sobre mi experiencia en una reunión. Un par de miembros respetuosos de Al‑Anon se acercaron a mí con compasión. Yo era una recién llegada al programa en ese momento, y requirió valor para hablar sobre la violencia que había experimentado. Pero estoy muy agradecida de haberlo hecho, porque estos miembros de Al‑Anon respondieron a mi dolor y me escucharon con amor.
Con el tiempo, sumergida en la luz del cuidado de mi Poder Superior, pasé por un proceso de sanación profunda. Durante los años de este proceso de sanación, aprendí lo importante que es confiar en mi intuición cuando siento la necesidad de una separación física debido a la posibilidad real de ser lastimada físicamente. Como dice la página 12 de Valor para cambiar (SB-16), «cuando percibo que una situación es peligrosa para mi bienestar físico, mental o espiritual, puedo ampliar la distancia entre mi persona y la situación».
El programa Al‑Anon me alienta enérgicamente a convertir mi seguridad personal en una máxima prioridad en mi vida. Hablar acerca de mi seguridad con miembros de Al‑Anon que son de confianza me ha ayudado a aprender a evaluar situaciones que pueden requerir que me proteja. Si bien mi bienestar espiritual puede pedirme que ore por el alcohólico que me amenaza, es posible que deba tomar medidas adicionales para garantizar mi seguridad física.
Se requiere fortaleza y valor para dar esos pasos, pero después de todo, soy digna de ello.
Por Anónimo
The Forum, agosto de 2021
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