Compartir en reuniones siempre ha sido muy difícil para mí. Tiendo a no hablar mucho en las reuniones. Mi tendencia natural es aislarme, tanto cuando las cosas van bien como cuando estoy luchando con algo. A medida que he crecido en el programa de Al‑Anon, he experimentado una gran sensación de alivio cada vez que comparto.

Hablar sobre las experiencias que he vivido con el alcoholismo valida mis sentimientos, pensamientos e inquietudes. En Al‑Anon, tengo la maravillosa oportunidad de hablar con un grupo de personas bondadosas cuyas experiencias de vida son similares a las mías. Este es un privilegio que nunca había disfrutado hasta que entré en este programa. Saber que algo que comparto puede ayudar a otra persona me llena de alegría y gratitud por el progreso que he logrado para aprender a vivir de una manera saludable utilizando los principios del programa.

Desde que estoy en Al‑Anon, todas mis relaciones han mejorado. Me siento más cómodo al escuchar mi propia voz reflexionar sobre mis experiencias de vida. Eso también ha aumentado mi conciencia de cómo yo tengo un impacto sobre lo que está sucediendo a mi alrededor. Dado que soy más capaz de representar con precisión mis necesidades y experiencias, puedo defenderme mejor en todas las áreas de mi vida.

Todavía me queda un largo camino por recorrer, pero cuando comparto, siento que las nubes se disipan y el sol brilla para iluminar la realidad. Cuando vivo en la realidad, puedo tomar mejores decisiones y cuidarme mejor. Estoy muy agradecido por este regalo que me ha dado Al‑Anon.

Por Willow M., Oregón

The Forum, agosto de 2021

 

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