Cuando entré por primera vez en una reunión de Al‑Anon, había un miembro en la puerta. Me sonrió y me ofreció un abrazo. ¡Me sentí tan bienvenida! Después de que abrieran la reunión leyendo Los Doce Pasos y Tradiciones (SP-17), todos los miembros en la sala se presentaron. Cuando llegó el momento de decir mi nombre, me puse de pie y dije: «Estoy aquí para ayudar a mis hijos». Los miembros me dijeron con amor «Sigue viniendo». No sabía en ese momento cómo iba a ayudar a mis hijos.
Después de la reunión, me entregaron un folleto titulado ¿Cómo puedo ayudar a mis hijos? (SP-9), y fue muy útil. Pude entender cómo la enfermedad familiar afectó a mis hijos porque mi esposo tiene la enfermedad. Pude explicarles que el alcoholismo es una enfermedad y que su papá está enfermo. Aprendí en este programa cómo comunicarme con mis hijos y ellos aprendieron a detestar la enfermedad y amar a su papá. Mis hijos empezaron a entender. Este programa nos ha mostrado cómo amar incondicionalmente. Estamos en el camino de la recuperación.
Por Joanne, Ontario
The Forum, enero de 2023
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